LA DIVINA COMEDIA (EL CIELO)
“Vuestra
fama es como la flor, que tan pronto brota, muere, y la marchita el mismo sol
que la hizo nacer de la tierra ingrata.”
El paraíso el punto en el que
se encuentran todos los las almas de quienes no guardaron sus votos, los
santos, los héroes, los justos, los ángeles, los apóstoles, la virgen María,
etc. En este punto Virgilio, que simboliza la razón, ha desaparecido. En su lugar,
Beatriz, quien representa la teología, toma el lugar de guía. De hecho, es
imposible llegar a dios tan sólo con la razón, siendo necesaria la verdad
iluminada. A continuación, Dante encuentra un nuevo guía, Bernardo de Claraval.
Beatriz sigue acompañándolo y ruega por él en el momento de la invocación final
del santo a María. El paraíso está dividido en nueve cielos, en los cuales
están clasificadas las personas por sus acciones. Además de esos nueve cielos
está el empíreo el cual está más allá de la existencia física ese lugar es la
morada de Dios. Beatriz, que representa la teología, se hace en este lugar más
bella que nunca, y Dante se ve envuelto por la luz, de modo que es capaz de ver
a Dios, [11]"Como súbdito relámpago que dispersa los espíritus visivos,
tal que priva al ojo de ver más fuertes objetos, así me circundó una luz viva,
y dejóme cegado con tal velo su fulgor, que nada aparecía. Siempre el amor que
aquieta este cielo con este saludo al que llega acoge a fin de disponer a su
llama la candela”. Dante ve una rosa enorme, que simboliza el amor divino,
cuyos pétalos son las almas entronizadas de los fieles. Todas las almas que ha
conocido en el Paraíso, incluyendo a Beatriz, tienen su morada en esta rosa. A
su alrededor hay ángeles volando como abejas, distribuyendo paz y amor. Cuando
Beatriz pasa a ocupar su lugar en la rosa, Dante ya se encuentra más allá de la
teología y a su vez puede contemplar directamente a Dios.
Paraíso
Las
esferas del cielo
Las nueve esferas del Cielo
son Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter, Saturno, las Estrellas fijas, y
el Primer móvil. Esos astros están organizados según la jerarquía de los
ángeles. Dante también evoca otras asociaciones, como la existente entre Venus
y el amor romántico. Las primeras tres esferas están asociadas a formas
deficientes de Coraje, Justicia, y Templanza. Las otras cuatro se vinculan a
ejemplos positivos de Prudencia, Coraje, Justicia, y Templanza; por su parte,
la Fe, la Esperanza y la Caridad se concentran en la octava esfera.
PRIMERA
ESFERA (LA LUNA, LOS INCONSTANTES)
En el Canto II Beatriz explica
a Dante las diferencias de luminosidad de la Luna.
En su visita a la Luna,
Beatriz explica a Dante el porqué de las marcas en su superficie, describiendo
un sencillo experimento de óptica. También expresa su estima por el método
experimental en general (Canto II). Las fases de la Luna se asocian con la
inconstancia. Su esfera es por ende la de las almas que abandonaron los votos
monásticos, y por ende presentaron deficiencias en su virtud de coraje (Canto
II). En esta los protagonistas conocen a Piccarda Donati, la hermana de Forese
Donati, amigo de Dante, quien murió poco después de ser obligada a abandonar el
monasterio. También conocen a Constanza I de Sicilia, quien fue arrancada por
la fuerza de un monasterio para que contraer nupcias con Enrique VI (canto
III). Beatriz habla sobre la libertad de la voluntad, el carácter sacro de los
votos, y la importancia de resistir a las presiones (Canto IV). Beatriz explica
que un voto es un pacto firmado entre el hombre y Dios en el cual una persona
ofrece su libertad a Dios. Estas decisiones no deben tomarse a la ligera, y
deben mantenerse una vez realizados, a menos que mantenerlo acarree un mal
demasiado grande, como el sacrificio de las hijas de Jefté y de Agamenón (Canto
V).
SEGUNDA
ESFERA (MERCURIO, LOS AMBICIOSOS)
Debido a su proximidad al sol,
el planeta Mercurio suele ser difícil de ver. Desde un punto de vista
alegórico, el planeta representa a quienes hicieron el bien por el deseo de
adquirir fama, pero quienes debido a su ambición fallaron en la virtud de la
justicia. Su gloria terrenal palidece en junto a la de Dios, del mismo modo que
el planeta Mercurio es casi insignificante junto al Sol.
Dante conoce en esta esfera el
emperador Justiniano, quien se presenta con las siguientes palabras:
"Cesar fui y soy Justiniano," indicando que su personalidad
permanece, pero que su cargo terrenal ya no tiene validez (Canto V). Justiniano
cuenta la historia del Imperio romano, mencionando entre otros a Julio César y
Cleopatra; y lamenta la situación actual de Italia, debido al conflicto entre
güelfos y gibelinos que así describe en el (Canto VI). Por asociación, Beatriz
habla sobre la Encarnación y la Crucifixión de Jesús, que sucedió en tiempos del
Imperio romano (canto VII).
TERCERA
ESFERA (VENUS, LOS AMANTES)
Al planeta Venus
tradicionalmente se lo asocia con la diosa del amor, por lo que el autor lo
convierte en la esfera de los amantes, quienes fallaron en la virtud de la
templanza (Canto VIII). Dante encuentra a Carlos Martel de Anjou-Sicilia, a
quien ya conocía, y quien expresa que para funcionar correctamente cualquier
sociedad necesita gente de diferentes tipos. Esas diferencias se ilustran con
Cunizza da Romano, quien se encuentra en el Cielo, mientras que su hermano
Ezzelino III da Romano en el Infierno, entre los violentos del séptimo círculo.
El trobador Fulco de Marsella habla de
la tentación del amor, el cono de la sombra de la Tierra toca la esfera de
Venus. Condena la ciudad de Florencia por producir la "flor maldita"
responsable de la corrupción eclesiástica, y critica la clerecía por dedicarse
al dinero, en vez de consagrarse a las Escrituras y en los textos de los Padres
de la Iglesia (Canto IX). Fulco de Marsella lamenta la corrupción de la
Iglesia, con la clerecía recibiendo dinero de Satán, (Canto IX). “Hay un secreto para vivir feliz con la
persona amada: no pretender modificarla”.
CUARTA
ESFERA (EL SOL, LOS SABIOS)
Más allá de la sombra de la
Tierra, Dante encuentra ejemplos positivos de Prudencia, Justicia, Templanza, y
Coraje. En el Sol, que es la fuente de luz de la Tierra, Dante encuentra los
máximos ejemplos de prudencia: las almas de los sabios, quienes ayudaron a
iluminar el mundo intelectualmente (Canto X). Al principio un círculo de doce
luces brillantes baila alrededor de Dante y Beatriz. Se trata de las almas de
Tomás de Aquino, Alberto Magno, Graciano, Pedro Lombardo, el rey Salomón,
Dionisio Areopagita, confundido con Pseudo Dionisio, Paulo Orosio, Boecio,
Isidoro de Sevilla, Bede, Ricardo de San Víctor y Siger de Brabant. Tomás de
Aquino cuenta la vida de San Francisco de Asís en el Canto XI. En una segunda
etapa doce nuevas luces aparecen, una de las cuales es San Buenaventura, un
franciscano, que cuenta la vida de santo Domingo de Guzmán, fundador de la
orden a la que Santo Tomás pertenece. Como las dos órdenes no siempre fueron
amigas en el mundo terreno, tener miembros de una homenajeando al fundador de
la otra muestra que el amor reina en el cielo (Canto XII). Las veinticuatro
luces giran en torno a Dante y Beatriz, cantando la Trinidad. Santo Tomás
explica la sorprendente presencia de Salomón, quien se encuentra en el lugar
por sabiduría real, más que filosófica o matemática (Cantos XIII y XIV). Dante
y Beatriz encuentran dos grupos compuestos por doce sabios cada uno en la
esfera del Sol, (Canto X). “Quien sabe de
dolor, todo lo sabe”.
QUINTA
ESFERA (MARTE: LOS GUERREROS DE LA FE)
Al planeta Marte
tradicionalmente se le asocia con el dios de la guerra, por lo que Dante hace
de esta esfera la de los guerreros de la fe, quienes dieron su vida por Dios,
mostrando por ende la virtud del coraje. Los millones de centellas de luz que
son sus almas forman una cruz griega en el planeta Marte, y el autor la compara
con la Vía Láctea (Canto XIV). Las almas en el Canto XIV forman una cruz
griega, que el autor compara con la Vía Láctea. Aunque Dante dice que los
sabios están "perplejos" por la naturaleza de la Vía Láctea, en su
Convivio ya había descrito su naturaleza con bastante precisión en los
siguientes términos:
"Lo que Aristóteles
dijera no se puede saber con certeza, porque su sentencia no es la misma en una
traducción que en otra. (...) En la Vieja dice que la Galaxia no es sino una
multitud de estrellas fijas, tan pequeñas que no podemos distinguirlas desde
aquí abajo, pero que de ellas aparece aquel albor, que llamamos Galaxia: y
puede ser, que el cielo en aquella parte sea más denso, ya que retiene y
refleja aquella luz. Y esta opinión parecen tener, con Aristóteles, Avicena y
Tolomeo." Dante conoce a su
ancestro Cacciaguida, quien participó en la Segunda Cruzada, y habla en
términos elogiosos de la República de Florencia del siglo XII, pero lamenta la
decadencia de la ciudad de los tiempos del autor (Cantos XV y XVI). Como el
tiempo de la narración de la obra sucede antes del de la escritura, en 1300, y
por ende antes del exilio del autor, algunos personajes del poema pueden
"predecir" un porvenir ominoso. De hecho, Cacciaguida responde a una
pregunta de Dante sin el menor ambage, revelándole que vivirá en el exilio
(Canto XVII). Cacciaguida predice sin ambages que Dante sufrirá un amargo
exilio de Florencia. Sin embargo, Cacciaguida también encarga a Dante escribir
y contar todo lo que ha visto en los tres reinos de ultratumba. Dante por
último encuentra varios otros guerreros de la fe, como Josué, Judas Macabeo,
Carlomagno, Roldán y Godofredo de Bouillón (Canto XVIII).
SEXTA
ESFERA (JÚPITER, LOS BUENOS GOBERNANTES)
Las almas que forman la "M" en
"TERRAM" se transforman en el Canto XVIII en un águila imperial. El planeta Júpiter se suele
asociar con el rey de los dioses, por lo que Dante lo escoge como la esfera en
que figurarán los reyes que se caracterizaron por su justicia. Las almas
deletrean la versión latina de "Justicia del amor, que juzgas", tras
la cual la "M" final de la frase toma la forma de un águila imperial
gigante. (Canto XVIII). En esta esfera se encuentran David, Ezequías, Trajano,
Constantino I, Guillermo II de Sicilia, y Rifeo el troyano, quien fue un pagano
salvado por la merced de Dios. Las almas que forman el águila imperial hablan
con una sola voz, y hablan de la justicia de Dios. (Cantos XIX and XX).
SÉPTIMA
ESFERA (SATURNO, LOS CONTEMPLATIVOS)
La esfera de Saturno es la de
los contemplativos, que incluye la templanza. Dante encuentra a Pedro Damián, y
discute con él sobre el monacato, la doctrina de la predestinación, y la triste
situación de la Iglesia (Cantos XXI and XXII). Beatriz, quien representa la
teología, se hace cada vez más adorable y llena de gracia, lo cual es una señal
que indica la cercanía de la percepción del observador a la de Dios. Dante y
Beatriz encuentran a Pedro Damián, quien les cuenta su vida, y les habla sobre
la predestinación, (Canto XXI). “Solo
aquellas cosas se han de temer que detentan poder de daño a otro; de las otras
no, que no son temibles”.
OCTAVA
ESFERA (LAS ESTRELLAS FIJAS, FE, ESPERANZA Y AMOR)
Dante y Beatriz en la esfera de las Estrellas
fijas. La esfera de las Estrellas fijas es la de la Iglesia militante. En este
punto, Dante vuelve la vista atrás para contemplar tanto las siete esferas por
las que ha pasado como la Tierra (Canto XXII):
Dante ve asimismo a la Virgen
María y otros santos (Canto XXIII). San Pedro examina a Dante sobre la fe,
preguntándole qué es, y si alberga o no ese sentimiento. Tras la respuesta, San
Pedro le pregunta al protagonista cómo sabe que la Biblia es verdadera, y Dante
cita el milagro de que la iglesia haya crecido tan pronto y tan robusta a
partir de orígenes tan humildes (Canto XXIV). Santiago, examinando a Dante
sobre la esperanza, (Canto XXV). Santiago examina a Dante sobre esperanza, y
Beatriz da fe de que el autor alberga ese sentimiento (Canto XXV). Por último,
San Juan examina a Dante sobre el amor. En su respuesta, el protagonista se
refiere al concepto de "amor torcido" discutido en el Purgatorio
(Canto XXVI). Por último, San Pedro acusa a Bonifacio VIII en términos de gran
severidad, y agrega que a sus ojos la Santa Sede está vacía (Canto XXVII). “Y ella a mi: No hay mayor dolor, que, en la
miseria recordar el feliz tiempo, y eso tu Doctor lo sabe”.
NOVENA
ESFERA (EL PRIMER MÓVIL, LOS ÁNGELES)
Dante y Beatriz ven a Dios
como un punto de luz rodeado de ángeles, (Canto XXVIII).
El Primer Móvil es la mayor
esfera del universo físico. Dios la mueve directamente, haciendo que por
reacción a su vez se muevan todas las otras esferas que alberga (Canto XXVII). El
Primer Móvil es la morada de los ángeles, y allí ve Dante a Dios como un
intenso punto de luz rodeado de nueve anillos de ángeles (Canto XXVIII).
Beatriz explica la creación del universo, y el papel de los ángeles, terminando
con una severa crítica a los predicadores de entonces (Canto XXIX). Beatriz critica a los predicadores
contemporáneos del autor, sugiriendo que un "ave" siniestra anida en
su cuello, (Canto XXIX).
En conclusión, la divina
comedia es un libro de gran importancia porque nos habla del viaje de Dante por
sus tres mundos: infierno, purgatorio y paraíso. Del paraíso en resumidas
palabras se puede decir que es el lugar donde habitan todos los ángeles y
santos; y es un lugar en el cual no se recibe castigo alguno, el lugar donde
acaban los sufrimientos.
[1] Borges
“Amor entre Dante y Beatriz”
Comentarios
Publicar un comentario